Cubiertas verdes: un paso más hacia la sostenibilidad
Las cubiertas verdes no son nada nuevo. En países del norte de Europa forman parte de la arquitectura tradicional desde hace siglos por su capacidad aislante. Ahora, esas cubiertas se están extendiendo y alcanzan incluso a las ciudades. En un momento de enorme preocupación por la sostenibilidad y el medio ambiente, constituyen una eficaz solución arquitectónica.
Qué son las cubiertas verdes
Explicado de una manera muy simple, las cubiertas verdes consisten en un sistema de capas que permite poner vegetación en su parte superior. Esa última capa, la que es visible, no solo tiene un efecto estético, también ofrece aislamiento térmico y, en algunos casos, permite también disfrutar de un pequeño oasis transitable.
Si a nivel funcional, la característica es ese aislamiento. A nivel estético, las cubiertas verdes permiten un cierto grado de personalización, gracias a la posibilidad de elegir especies vegetales. Sin embargo, esa posibilidad implica también algunos límites.
Las cubiertas verdes intensivas, que son las que se diseñan con fines paisajísticos, necesitan más mantenimiento y también un mayor grosor del sistema constructivo, en definitiva, un mayor peso. Las cubiertas extensivas, en cambio, son mucho más ligeras, se cubren con tepes de sedum y son prácticamente autosuficientes.
Lo que hay bajo esa capa visible de las cubiertas vegetales es igualmente importante. Lo que se coloca debajo es una capa de sustrato capaz de retener los nutrientes y el agua. Una capa inferior es la de drenaje, en ella se almacena agua y se expulsa la que sobra hacia el sistema de evacuación. Y la última capa tiene la función de impermeabilizar la estructura de la cubierta.
El sistema de cubiertas vegetales, por lo tanto, es más complejo de lo que aparentemente parece. Necesita no solo de un adecuado diseño y un buen dimensionamiento. También es fundamental que la ejecución sea perfecta para que esas cubiertas ofrezcan todas sus ventajas sin crear ningún problema. Dejarlo en manos de profesionales es la clave.
Ventajas de las cubiertas vegetales
El hecho de que las cubiertas vegetales se estén extendiendo poco a poco, incluso en áreas urbanas, no es casualidad. Sus ventajas son considerables. A nivel medioambiental, este tipo de cubiertas contribuyen a rebajar la temperatura ambiental (el efecto isla de calor urbano) y reducen el CO2 presente en el aire.
Además de ello, rebajan la cantidad de aguas pluviales que llegan al alcantarillado, aguas que evaporan una vez filtradas. De esta forma, se puede decir que las cubiertas vegetales también ayudan a respirar un aire más limpio, puesto que esa humedad que se libera está limpia, los contaminantes quedan en la tierra.
Aún es importante mencionar otra gran ventaja de las cubiertas vegetales: son una apuesta por la eficiencia energética. Esa capacidad aislante que tienen hace que los edificios mantengan la temperatura interior fresca en verano y cálida en invierno. El resultado es un notable ahorro energético.
En un momento en el que los combustibles y la electricidad han disparado sus precios y en el que se lucha por reducir emisiones, esa eficiencia energética cobra especial valor. De hecho, según algunos estudios, los hogares pueden ahorrar por encima del 20 % en calefacción instalando cubiertas verdes.
A nivel meramente estructural, las cubiertas verdes también ofrecen ventajas interesantes. Son una protección para los techos y tejados, muy expuestos a los cambios de temperatura, el sol y la humedad. En este sentido, también hay estudios que indican que un techo con una cubierta de este tipo puede tener una vida útil hasta tres veces más larga que uno convencional.
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